lunes, 19 de mayo de 2008

Bazurto, obra maestra oculta por la informalidad


La arquitecta Sandy Lián Barrios dice que los cartageneros sufren el mercado de Bazurto, pero no se toman la molestia de observarlo, más allá del caos, el hacinamiento, los trancones, la contaminación y el desorden.

Ella lo vio y analizó no sólo como cartagenera —que siente un gran cariño por esa bella estructura en forma de caracucha o de abanico, depende desde dónde se mire, que armoniza perfectamente con el Cerro de la Popa y cuya importancia no sólo es arquitectónica sino cultural y social— también como profesional que valora el ordenamiento urbano.


Lo que más la impacta es su volumetría interna. Es hermosa y guarda una armonía perfecta con sus alturas y circulaciones. Son espacios radiales muy bien concebidos y limpios: todos los locales conducen a la plaza central (zona de descargue). Al interior, tiene una doble altura donde sus creadores, los arquitectos Manuel Delgado y Gastón Lemaitre previeron el funcionamiento de una cafetería. Sandy está de acuerdo. Ese debe ser su uso, en caso que reestructuren el mercado y lo dejen como uno sectorial.

“A pesar del desorden y del caos, el mercado mantiene una organización interna que le permite funcionar como una máquina, como un corazón palpitante que sangra y nutre a los cartageneros y a sus municipios”. Los productos están localizados por sectores: frutas, verduras y legumbres; tubérculos, productos secos, carnes frías, cafetería, zonas de almacenamiento, cacharrería, servicios generales y de carnes, entre otros.

Es el corazón vital de Cartagena. Allí se vive a otro ritmo. Nada tiene que ver la desmesura que empieza desde las 2:30 de cada mañana en medio del caos, el agite, la actividad frenética de camiones y hombres que con más de 600 productos llegan desde distintas regiones con el apacible y lento transcurrir del resto de la ciudad.
Esa intensidad azarosa, ese esfuerzo supremo expele los resultados de ese desorden, de esa invasión de todos los espacios con olores nauseabundos que sólo son los síntomas de esa enfermedad profunda que afecta a toda la ciudad.

A pesar de haber sido desahuciado hace muchos años ese corazón, que es el mercado para la ciudad, tiene solución. La arquitecta lo conoce perfectamente y asegura que el problema no es el mercado sino la ciudad: la falta de autoridad y de voluntad.
“El problema no es el mercado sino las presiones e intereses individuales que no han permitido una solución definitiva, pero si se analiza pensando en la mejor solución urbana para la ciudad verán que es fácil”.

PRIMER PASO

El primer paso es sacar de ese lugar, en el punto más estrecho de la ciudad, a los aproximadamente 200 comerciantes mayoristas que tiene la única plaza de abastos de Cartagena.

Una vez construida la central y trasladados allí los mayoristas, el mercado será liberado de una gran presión, muchas bodegas quedarán libres y entonces sí, la Alcaldía podrá planear el futuro no sólo de Bazurto sino de los cinco barrios de sus alrededores, los mismos que durante la casi totalidad de los 30 años de su existencia en ese lugar han sido los máximos damnificados del desbordamiento descontrolado, que invadió sus espacios y acabó con su calidad de vida.
La solución no está en dejar el mercado o sacarlo totalmente de allí y destinar ese espacio para otros usos. Eso significa —conceptúa Raúl Galofre Ballesteros, ingeniero civil especializado en urbanismo— sólo trasladar el problema a un sitio nuevo, como ocurrió con el paso del mercado de Getsemaní a Bazurto.
“Queremos llevar el mercado a otro lugar para que nuestro colectivo social pueda decir que solucionó años de falta de autoridad. Pero las causas sociales del descontrol no han desaparecido, nuestra falta de autoridad sigue allí. Basta con mirar la forma en que se está desarrollando el triángulo de desarrollo social (por la Terminal de Transporte) para corroborarlo.

“Hacia el futuro, ¿qué haremos con una megaestructura que no tiene límites naturales para su expansión urbana como sí lo tuvieron el Arsenal y Bazurto? Será una tragedia urbana más para Cartagena, si al tiempo que construimos esta central de abastos, tan necesaria, no cambiamos nuestro modo de ejercicio de autoridad y Gobierno”, dice Raúl Galofre.

Sandy Lián coincide plenamente con Galofre y agrega que hay que empezar por construir la central de abastos.

“Ninguna administración puede decir que va a resolver el problema si no realiza antes el proyecto de la central de abastos. Después puede entrar a organizar a Bazurto y organizar otros sectoriales”.

El edificio del mercado —dice— es una de las mejores obras de arquitectura de la ciudad. No fue un volumen traído y puesto ahí. Se hizo analizando las condiciones del sitio y el uso para el que se destinaría.

Varias generaciones de bolivarenses encontraron allí el sustento para sus familias. Bazurto los acogió a todos. Algunos económicamente bien. Otros sin ningún dinero ni oportunidad.

“Nosotros lo hemos dejado destruir, pero no podemos echarle la culpa al mercado, sino a las administraciones distritales y a los cartageneros en general. Para muchos es horrible, pero es un sector que recuperado es muy importante para la ciudad, como puede ser el Centro Histórico. Sólo pensar en destruirlo sería un atentado contra nuestro patrimonio arquitectónico”.

EJES DE LA PROPUESTA

El trabajo para la especialización de Sandy, “Análisis y propuesta urbana, sector del mercado de Bazurto” tiene como elemento innovador la integración, a la futura solución, de los cinco barrios directamente afectados por su funcionamiento: Barrio Chino, Martínez Martelo, Alcibia, El Prado y La Quinta.
“Los uno a través de grandes alamedas peatonales alrededor de la ciénaga de Las Quintas, ciclovías, arborización y la recuperación del espacio público. Es muy fácil integrarlos pues desde cuando se construyó están perfectamente unidos al mercado a través de las vías. Lo único que habría que sacrificar, para restablecer esa comunicación, es una pequeña manzana, como una cuchilla, debajo del puente”.
Lo fundamental de la propuesta urbanística es la solución integral y el ordenamiento de los comerciantes, tanto de los informales como de los formales, que están adentro y también los de afuera.

Muchos espacios públicos están siendo tomados y se construyen edificios sin que pase nada. Hasta la entrada principal fue tomada por construcciones formales y la invasión de canales sigue.

PUNTOS CLAVE

Es indispensable —propone Sandy— recuperar urbanística y ambientalmente el sector de Bazurto, los caños de arroyos y aguas lluvias provenientes de las faldas del Cerro de la Popa, integrándolos al proyecto y el borde de la Ciénaga de Las Quintas a lo largo de la avenida del Lago.

Zonificar el comercio, al interior del edificio principal y eliminarle todas las adiciones estructurales que no estuvieron concebidas en el diseño original, recuperando su imagen, vías y espacios públicos. Deberán dejar en el edificio sólo 1.230 colmenas, tal como estaba en el diseño. Hoy son 2.500.
Hacer nuevamente el cerramiento del edificio para impedir que los espacios recuperados sean ocupados otra vez.

Organizar a los vendedores ambulantes que están sobre la avenida Pedro de Heredia, la Cristanto Luque y la avenida del Lago, exigiendo que cumplan las normas y el proyecto de reubicación en la antigua fábrica de Hielo Imperial y en las bodegas de Flor del Campo y dotar a la comunidad de áreas recreativas, de esparcimiento y de un mobiliario urbano adecuado.

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